Este café es un homenaje al trabajo y la dedicación de las mujeres caficultoras de Guayatá, un tesoro escondido en las montañas de Boyacá, Colombia. Cultivado a gran altura y procesado mediante el método lavado, este grano expresa un perfil de sabor limpio, brillante y complejo. Reconocido internacionalmente por su carácter “exótico”, en taza te vas a encontrar con una fragancia floral, una dulzura sutil como la caña de azúcar y una acidez cítrica que recuerda a la mandarina. Su cuerpo redondo y su retrogusto intenso completan una experiencia de degustación inolvidable. Ideal para métodos de filtrado que resalten su elegancia y complejidad aromática.
