Proceso Natural vs. Lavado: ¿Cuál es el Secreto del Sabor de tu Café?

Alguna vez te preguntaste por qué un café de Brasil y uno de Colombia, ambos de especialidad, pueden saber tan diferentes? Uno es chocolatoso y dulce, el otro es cítrico y floral. Gran parte de esa diferencia no está solo en el origen, sino en un paso crucial que ocurre en la finca, justo después de la cosecha: el proceso de beneficio.

El café es la semilla de una fruta, parecida a una cereza. Para llegar al grano verde que tostamos, hay que sacarle la pulpa. Los dos métodos más famosos para hacer esto son el Natural y el Lavado.

Vamos a ver qué significa cada uno y cómo impacta directamente en la taza que te tomás cada mañana.


El Proceso Natural: Dulzura y Cuerpo

Este es el método más antiguo. Es simple en concepto, pero difícil de hacer bien.

  1. ¿Cómo funciona? Las cerezas de café enteras, tal como se cosechan, se extienden en grandes camas (o “camas africanas”) para secarse al sol, como si fueran pasas.
  2. ¿Qué ocurre? El grano, que está adentro, pasa semanas absorbiendo los azúcares y sabores de la pulpa de la fruta mientras se seca.
  3. El Resultado en Taza: Cafés con más cuerpo, dulzura intensa y notas muy frutales (como frutos rojos, pasas) o incluso vinosas. La acidez suele ser más baja y redonda.

Es el proceso que usamos para nuestros cafés de Brasil, como el Brasil Bourbon Rojo, y es lo que le da esas notas potentes a chocolate amargo y caramelo.


El Proceso Lavado: Limpieza y Acidez Brillante

Este método se enfoca en la semilla, buscando un sabor más “puro” del grano y del terroir (el lugar donde creció).

  1. ¿Cómo funciona? La pulpa de la cereza se retira mecánicamente (se “despulpa”) pocas horas después de la cosecha.
  2. ¿Qué ocurre? Los granos, cubiertos de una capa pegajosa llamada mucílago, se colocan en tanques de fermentación con agua por 12 a 48 horas. Esta fermentación controlada elimina el mucílago, y luego los granos se “lavan” con agua limpia antes de pasar a secarse.
  3. El Resultado en Taza: Cafés mucho más limpios, livianos y con una acidez brillante y definida. Permite que brillen las notas más delicadas y complejas, como las florales y cítricas.

Nuestro Colombia Guayatá es un ejemplo perfecto de un café lavado. Por eso tiene esa elegancia y esas notas limpias a mandarina y flores.


¿Cuál es mejor?

¡Ninguno! Son simplemente perfiles de sabor diferentes.

  • Elegí un Natural si: Buscás un café dulce, con cuerpo, ideal para espresso o si te gustan los sabores intensos y achocolatados.
  • Elegí un Lavado si: Te gusta explorar, buscás cafés más livianos, con acidez refrescante y perfiles de sabor complejos y delicados (ideales para métodos de filtrado).

Lo mejor es que no tenés que elegir. Podés tener ambos y disfrutar de dos mundos completamente distintos en tu propia casa.

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